El Domingo 11 de Julio (dia de la final del mundial de futbol) temprano por la mañana Jason, Wolf y yo dejamos Minneapolis para ir a St. Joseph. Despues de algo mas de una hora de viaje y con el temor de que sea un dia lluvioso llegamos al pequeño pueblo punto de partida de nuestra aventura ciclistica, el Tour of Saints.
Veniamos los tres entusiasmados para recorrer 35 millas que no conociamos, el entusiasmo una vez mas fue el placer de pedalear descubriendo no solo una nueva ruta sino tambien libre de riesgos. Los organizadores habian señalado la ruta para evitar que algun ciclista se perdiese en el camino. Hubieron dos paradas, la primera en la milla 12 y la ultima en la milla 22, ambas estaban bien organizadas con comida y bebida para los ciclistas. Fue un dia nublado pero no frio, no cayo ninguna gota de agua y la gran sorpresa para mi fue descubrir que gran parte de la ruta fue de subidas y bajadas y estas aparecieron al poco de comenzar el camino. Cada subida me quitaba el aire y estuve siempre detras de Jason y Wolf salvo al final de la ruta que era plana.
Hicimos la ruta en dos horas y media, fue un buen tiempo. Habiamos mantenido un buen ritmo y ningun ciclista nos paso, aceleramos en los ultimos kilometros y llegamos enteros al final. Este ha sido un verano estupendo para mi, me he unido a un grupo de ciclistas que son estupendos, Wolf ha venido de visita a las ciudades gemelas y estamos disfrutando de nuestra amistad pedaleando juntos, he perdido algunos kilos y me siento mas joven de lo que soy. Que mas se puede pedir al montar bici.
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